El feminismo en el aula de Secundaria
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Sergio Galán Meléndez, natural de Álora, 31 años
Trayectoria docente:
Profesor de Enseñanza Secundaria en la especialidad de Física y Química, 5 años de experiencia.
Tutor en Secundaria en el IES García Lorca, centro de difícil desempeño situado en la barriada de El Saladillo (Algeciras).
Jefe del Área Científico – Tecnológica en el IES García Lorca (Algeciras)
Formador en Evaluación en Competencias Claves, Plan de Calidad Educativa de la Consejería de Educación 2016-2020.
Secretario de la Asociación Amigos de la Ciencia de Algeciras, Diverciencia.
Coordinador Proyecto Science PIIISA 2016/2017 en la Universidad de Málaga.
¿Cómo entiende el feminismo?
Considero que una de las virtudes de un buen docente es la capacidad para simplificar los mensajes que le transmite a los discentes sean de la índole que sean, esa es una de mis obsesiones diarias. Para mí, el feminismo, explicado de manera simplificada, es una actitud de vida arraigada en la convicción de que las mujeres y los hombres somos iguales en el marco social, eso significa que tenemos que tener los mismos derechos y obligaciones, así como las mismas oportunidades.
¿Hay mucho trabajo por hacer en la búsqueda de esa igualdad?
Muchísimo, las nuevas generaciones arrastran condicionamientos culturales patriarcales que sitúan al hombre por encima de la mujer, eso se aprecia en la actitud diaria, el lenguaje verbal y no verbal, las formas de relacionarse, etc. No hemos avanzado tanto en los últimos años o incluso hay riesgo de retroceso cultural por el fenómeno del adormecimiento de la consciencia que está experimentando una gran parte de la juventud que ha perdido el interés en el desarrollo personal a través del conocimiento en favor de un materialismo banal, hay menos inquietudes intelectuales, sociales o medioambientales y a esto no ayuda un uso adictivo y, a veces, narcisista de las nuevas tecnologías o el seguimiento de programas de televisión que hacen apología de la ignorancia y que son de máxima audiencia. Es todavía más acuciante en entornos sociales empobrecidos culturalmente y es un lastre que cuesta mucho trascender y que no se puede hacer sólo desde la escuela, necesitamos Ciudades Educadoras. Esto lo aprendí de uno de mis principales referentes en educación, Fernando Trujillo, asesor educativo de gobiernos autonómicos y nacionales y uno de los propulsores de este apasionante movimiento: “una ciudad educadora es aquella que toma las riendas de su destino para contribuir a la educación de toda la ciudadanía. En el plano local es abanderado por los alcaldes de los municipios”.
¿Cómo se lleva a cabo en la escuela este movimiento por la igualdad entre mujeres y hombres?
La normativa andaluza sobre coeducación es clara a este respecto y obliga a todos los centros a incluir en sus proyectos educativos un Plan de Coeducación. La coordinadora de este plan en mi centro es la encargada de asegurar un ambiente de aprendizaje coeducativo y que haya tareas o proyectos que contribuyen a este fin en las programaciones didácticas de las diferentes asignaturas. Por tanto, la legislación garantiza que la escuela trabaje en este sentido, pero se necesita el apoyo de las familias y el entorno social; eso sería más factible en el contexto de una Ciudad Educadora.
¿Cómo es ese trabajo de coeducación en tu materia de Física y Química?
El alumnado de la primera etapa de Secundaria no conoce la lucha de la mujer y aquellos que la apoyaron por la conquista de derechos que hoy se ven como algo normal pero que hasta hace pocos años no lo era. Por lo que tengo programadas tareas y proyectos que contribuyen a la toma de dicha conciencia social. En el campo de la ciencia hay una mujer que es fascinante por sus descubrimientos científicos y conquistas sociales, Marja Sklodowska, más conocida como Marie Curie. Esta mujer era feminista de un modo natural, es lo que más impresiona. Si actúas con convicción y verdad, eres feminista. A su hija no le permitían estudiar física y creó una cooperativa de estudios que no diferenciaba entre niños y niñas.
En la primera mitad del siglo XX el papel de la mujer en la sociedad era insignificante y en la comunidad científica más aún si cabe, pues se creía que la ciencia era una rama del conocimiento superior y por este motivo solo podía ser entendida por los hombres. En las Reales Academias de Ciencia se impidió expresamente la participación de la mujer. Marie Curie fue la primera mujer en obtener una Cátedra en la Universidad y en impartir clases, lo hizo en la Universidad de la Soborna ocupando la Cátedra de Física. Además, fue la primera mujer en recibir un Premio Nobel y, hasta el momento actual, ha sido la única persona que ha ganado dos premios de este tipo en dos especialidades diferentes sin ser una de ellas el Premio Nobel de la Paz. La vida de esta eminente mujer fue una carrera de superación apasionante y hay mucho más, lo dejaré aquí recordando este entendimiento expresado públicamente en la recogida de uno de sus premios:
"Convendría sentir menos curiosidad por las personas y más por las ideas”
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17/07/2017 12:03:01. GABINETE DE PRENSA. AYUNTAMIENTO DE ÁLORA
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